Iker Casillas y su suplencia en el Real Madrid
Iker Casillas vivió una situación extraña en La Rosaleda. Hacía casi diez años que no era suplente en el Real Madrid por una decisión eminentemente técnica.
Donde estuvo casi tres meses al final de la temporada 2001/02 por decisión de Vicente del Bosque.
César le arrebató la portería e Iker recuperó su sitio en Glasgow, el día de La Novena, cuando salió al campo por la lesión de su compañero y salvó al Madrid contra el Leverkusen con unas cuantas paradas imposibles.
Estas fueron las palabras de Iker después de su suplencia "La suplencia me cambió la vida, me hizo más hombre y más malo".
El Casillas que habla tenía 21 años y comentaba que "claro que hay un Casillas antes de pasar por el banquillo.
Esos dos meses y medio me cambiaron la vida. Me hicieron hombre y un poco más malo. Comencé a conocer a las personas, a valorar las cosas.
Cuando estás arriba todos te quieren, pero cuando dejas de jugar no eres nadie".
La vida le cambió a Casillas hace una década: "Pecaba de bueno, se me acercaba la gente y hacía lo que me pedían. Ahora estoy más a la defensiva, se fijo más en las cosas. Antes me lo tragaba todo, me afectaban muchas cosas, me amargaba... De todos modos, aguanté ese tiempo sin decir ni pío, aunque estaba hecho una mierda. No soy rencoroso, pero lo que pasé no lo olvidaré nunca".
El guardameta también dejaba un mensaje: "Un portero sin confianza no es nadie. Claro que el técnico tiene que decirte si fallas lo que hace mal, pero si te sientes respaldado te sientes mejor. Las palabras ayudan mucho más que el castigo de la suplencia".
Ahora, diez años después, Casillas es otro, pero su suplencia en La Rosaleda le recordó todo lo que pasó en aquel momento.
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